martes, 1 de septiembre de 2015

Nuestra genuina calle Maceo



Por Yeter Palmero/ Periodista de Televisión Camagüey


La Calle Maceo, céntrica vía de la ciudad de Camagüey,  a más de 500 años de la fundación de la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, persiste como una de las fundamentales arterias comerciales.
Podría parecer ingenua la afirmación, pero si buscamos en su historia ella revela cómo ha sido este espacio legitimado funcional y arquitectónicamente por el pueblo. Incuso,  siempre no tuvo el mismo nombre.
En la sesión del 23 de enero de 1899 los concejales del Ayuntamiento de Puerto Príncipe respondieron al llamado de varios vecinos y propietarios de la Calle del Comercio interesados en cambiar el nombre de la vía por el del General Antonio Maceo, en homenaje al héroe tras el cese de la Guerra del 95.
Durante ocho jornadas fue publicada la propuesta en la prensa. El texto refería: “… a fin de que cualquiera que se crea perjudicado pueda alegar lo que en derecho juzgue le corresponde”.[1] Lo cierto es que sin reservas el cambio de nombre fue aceptado con beneplácito  y orgullo entre los lugareños.
Hoy  la Calle General Maceo, -boulevard para los camagüeyanos-, se nombra coloquialmente Maceo entre el pueblo. Testigo en siglos de sucesos trascendentales recorrió  un trayecto hasta hoy nada simple.
Surgió  integrada a la Calle  San Pablo, - eje que vinculaba la entrada y salida de la villa con dos importantes rutas comerciales: el embarcadero del Jigüey y el extremo este de la naciente  ciudad.
En sus alrededores construyeron los principeños casas por lo general de sólidos muros, grandes vanos y fachadas apaisadas. Las dos últimas cuadras  fueron destinadas a la mercadería y la cotidianidad legitimó desde el siglo XVII su nombre como Calle del Comercio.
“En medio de los establecimientos comerciales allí reunidos, vivían ilustres ciudadanos: militares de la talla del teniente don Jaime Canes, religiosos como el presbítero don Antonio Aguilar, intelectuales entre los que figuraban el licenciado don Jacinto Guerra y respetables funcionarios del Ayuntamiento como el regidor capitán don Alonso Serrano.” [2]
Puede decirse además, que en los años treinta del  siglo XIX era abundante allí la venta de productos en pulperías, bazares de bebidas y otros espacios para comestibles. Ello hacía concurrir en los mismos sitios a personas de diversas posiciones sociales, económicas y étnicas; entre ellos proveedores, vendedores, amos acompañados de sus esclavos domésticos e incluso negros libres. El horario de venta llegó a extenderse hasta entrada la noche como forma de asumir un mayor número de clientes.
Paulatinamente la calle fue recibiendo toques de modernidad y el reflejo en la arquitectura fue evidente. Así en la segunda mitad de ese siglo desparecieron los aleros de tornapunta, - huellas del barroco criollo y en su lugar lo neoclásico fue prioritario. Se estableció además un orden funcional para transeúntes y para el abastecimiento. Fueron blanqueadas las fachadas y  empedradas las aceras.
Con la Neocolonia llegó el alumbrado, el transporte urbano, nuevas técnicas comerciales y novedosos materiales constructivos. A inicios del siglo XX la Calle Maceo, nombrada así para ese entonces,  contaba con más de 60 establecimientos auspiciados por compañías, sociedades  y comerciantes.
 “El Bazar, El Encanto, La Esmeralda, El Camino de Hierro, El Telégrafo, La India, La Sucursal, La Flor de Asia, El Globo… y La Oriental resultaban de un sólido reconocimiento en la población hacia 1916…”
Barberías, sastrerías, peleterías, espacios gastronómicos, entre otros, fueron dando forma desde la Modernidad  a los principales servicios comerciales que se ofertan actualmente en la calle Maceo de nuestra ciudad.
Desde mediados del siglo pasado hasta hoy,  ha recibido intervenciones para  añadir  espacios que ratifican su vitalidad,- como es el caso de la Heladería Coppelia-,  o para restauraciones de inmuebles.
Engalanada a propósito del medio milenio de la otrora villa, modernizó sus redes soterradas de agua, corriente eléctrica, telefonía y alcantarillado, - obsoletos por más 50 años de explotación.  Fueron restaurados los frentes y remodelados locales. El pavimento enlazó las fachadas en un único nivel fundido a base de terrazo integral con separadores de mármol.
Hoy la calle Maceo resplandece por su perfecta armonía con el centro histórico que integra, cautivando al visitante y a los lugareños que la recorren. Es orgullo de la ciudad en tanto cuenta objetivamente parte de su historia y permanece en la preferencia popular.




[1] Gaceta de Puerto Príncipe, 16(139):2, Puerto Príncipe, jueves 10 de noviembre.
[2] Marcos Tamames Henderson, El paseo más auténtico del Camagüey, Senderos No 11/ 2011.

No hay comentarios:

Leal Cuba

Eusebio Leal Spengler , luchador incasable en pro de la conservación del Patrimonio Nacional Cubano material e inmaterial, y en especial de...