El 1 de agosto de 1868 contrajeron nupcias en Camagüey el joven abogado Ignacio Agramonte Loynas y la lugareña Amalia Simoni Argilagos. Ambos, hijos de familias ilustres de la región, sacrificarían luego su propia felicidad por un bien mayor: la independencia de Cuba.
Ignacio por sus acciones militares en el campo de batalla frente al ejército español durante los primeros años de la Guerra Grande, alcanzó el grado de Mayor General y la admiración de sus compañeros, de los superiores en mando y del pueblo.Amalia le apoyó en todos en sus empeños, incluso en los rigores de la manigua durante un tiempo y luego en exilio.
El amor de esta pareja ha trascendido en el tiempo. A 150 años de aquellas nupcias, se celebró una boda de jóvenes en la Casa Quinta donde naciese la esposa de El Mayor, cuyos compromisos leídos se centraron en la fidelidad mutua y en la coincidencia en ideales y aspiraciones.
Desde 1992 en este espacio tienen lugar celebraciones similares en la misma fecha. Se han convertido éstas en una tradición con arraigo popular entre los camagüeyanos.
El cardiólogo Carlos Miguel Serrano y la Licenciada en Logopedia Carla Rodríguez Vilató contrajeron matrimonio con toda la legalidada que el acto requiere y en el marco del simbólico aniversario del similar hecho acaecido entre Amalia e Ignacio en 1868.