El asteroide descubierto en 2004 (considerado uno de los más
peligrosos para la civilización), que los científicos bautizaron como
“Apofis” pasará, en principio, rozando nuestro planeta el próximo viernes 13 de abril de 2029.
Según los nuevos cálculos de los astrónomos, la roca espacial tiene una
anchura de tres campos de fútbol y una masa de más de 46 millones de
toneladas, pero está previsto que pase a una distancia de al menos 35.000 kilómetros de la Tierra, lo que no entrañaría peligro de colisión.
Sin embargo, un nuevo estudio afirma que el efecto de nuestra gravedad sí provocaría pequeñas avalanchas de rocas del asteroide. Al igual que la Luna
empuja y tira de los océanos (mareas), los asteroides también son
susceptibles a esa fuerza de las mareas de nuestro planeta. Las
estimaciones actuales sugieren que el asteroide no conforma una masa sólida de roca sino más bien un grupo gigante de rocas, lo que confirmaría esta posible lluvia de escombros espaciales.
Para demostrar esta hipótesis, un equipo de investigadores de la Universidad de Maryland (EEUU) ha desarrollado un modelo informático que les ha permitido realizar una simulación virtual
teniendo en cuenta tanto el tamaño del asteroide como la gravedad del
mismo, la fuerza de las mareas de la Tierra, las fuerzas de inercia,
la fuerza centrífuga causada por la rotación del asteroide así como
otros efectos similares. La simulación dio como resultado que las
fuerzas de las mareas de la Tierra serían lo suficientemente fuertes
como para causar pequeñas avalanchas de rocas del asteroide.
Según los cálculos de los astrofísicos, este espectáculo será casi imperceptible a la par que gradual. “Se moverán muy lentamente debido a que la gravedad
es muy débil en este asteroide. Perfectamente podremos tomar
tranquilamente toda una comida antes de que finalice la avalancha. Se
trata de un evento muy suave”, explica Derek Richardson, coautor de
estudio.
Estas perturbaciones en el asteroide ocasionarán un pequeño desgaste
en las partículas de su superficie, por lo que su paso por la Tierra
supondrá para él como una especie de “peeling” espacial. Lo que sí
podremos ver en 2029 y además a simple vista, será un punto de luz moderadamente brillante moviéndose rápidamente a través del cielo.
(Tomado de muyinteresante.es)
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