Ayer conocí a un joven alegre como tantos otros, pero algo tímido, cubano cien por ciento, honesto . Con 23 años, es graduado de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), y labora actualmente en los servicios de aduana del Aereopuerto Internacional Ignacio Agramonte de Camagüey.
Encontré a Sergio Antonio Segura acompañado de su esposa , en medio de un reconocimiento colectivo que le hiceron sus compañeros de trabajo y vecinos de la calle San Esteban de la ciudad de Camagüey, donde reside. ¿El motivo? Un suceso del día 26 de julio.
Prodecente de Miami, una pasajera que arribó a la isla le ofrecío dinero con el fin de evadir el control de aduana. Sergio denunció la infraccción y con amabilidad rechazó el fraude.
Digno tributo el de este joven con su actitud a la Generación del Centenario que aquel 26 de julio de 1953 asaltó el cuartel Moncada, en la lucha por romper con la opresión y degradación moral en que estaba sumida Cuba.
Hoy la realidad muestra cómo la Revolución se ha nutrido de las mejores esencias de ética, justicia y humanismo. Ellas han dado a luz jóvenes admirables por su honestidad, aún cuando el bloqueo y las limitaciones económicas les afecten.
A Sergio uno de sus vecinos pidó abrazarle, otro dijo sentirse orgulloso y muchos le aplaudieron la noche en que le conocí.
No nos han doblegado miles de artimañas o subersiones planificadas por el Imperio. La juventud cubana protagoniza el actual perfeccionamiento del Socialismo desde las más diversas trincheras. Esta es una Revolución de jóvenes...
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