Este 5 de marzo será sin
dudas un fecha que el mundo jamás olvide. Hoy se ha ido físicamente un hombre
que dejó huellas imborrables en la
historia latinoamericana.
Esa fuerza, su sonrisa, la voz
enérgica y vibrante para ser verás siempre, el brillo en los ojos, el amor por
los pobres y el rechazo al imperialismo, hicieron de Chávez un ser único.
Mucho dolor se siente cuando
alguien así no está físicamente después de verle 14 años batallando por una
Venezuela mejor y una América mucho más libre e independiente.; pero también
mucho compromiso. Y digo mucho compromiso porque no puede quedar en el olvido
lo creado, lo conquistado hasta hoy.
Desde esta pequeña isla: Cuba,
apoyamos a los venezolanos y venezolanas, seguros de que conservarán todo lo
logrado y más aún, perfeccionarán él
socialismo que de manos de Chávez hicieron realidad a diario.
Una revolución no muere
porque su líder fallezca. La revolución venezolana son miles de hombres y
mujeres con el deseo ineludible de crear una sociedad más justa, donde las
garras usurpadoras del imperialismo norteamericano no penetren y con el pueblo
como máximo líder.
Hay quienes desde sus
sillones imperiales tal vez están haciendo planes macabros para derribar tanta
justicia, pero Chávez está sembrado en
el corazón de los venezolanos y latinoamericanos. No es una consigna, es
una realidad. El dolor que hoy sentimos por su desaparición física nos dará
fuerzas para continuar la obra que inició y perfeccionó con tanto ahínco.
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