Hay obras que sus propias bases
las sostienen firmes contra cualquier dificultad. De eso podemos hablar mucho
lo cubanos que por más de medio siglo hemos resistido los embates de un injusto
bloqueo económico y todo tipo de agresiones subversivas financiadas por el
imperialismo norteamericano, para destruir el sistema socialista que
defendemos.
La Revolución Bolivariana no es
un proyecto al azar, ni se sustenta en lo inseguro. Nació desde el propio
corazón de los más humildes, que son mayoría.
Transitó por caminos difíciles para lograrse y hoy tiene un amplio
respaldo popular. La obra de Chávez no ha sido en vano; hoy rinde frutos de
solidaridad, esperanza y beneficios sociales para el pueblo.
Los enemigos que piensan que
hombres como Chávez, -irrepetibles y únicos desde mi manera de ver-, pueden
desaparecer con su legado de entre la gente, tal vez no saben cuanto se
equivocan. Chávez está en el corazón de los venezolanos y más allá de esas
fronteras. Representa ideales de justicia para muchos en el planeta.¿ Y que
decir de Cuba? Para cubanas y cubanos es un hermano, un padre, un amigo.
Pero sobre todas las cosas Chávez
está vivo. Es un guerrero con una entereza extraordinaria, fuerte, firme y valiente.
¡Esperamos su recuperación!
Muchos le acompañamos en el
empeño de volver a sus labores cotidianas. Unos desde el quehacer digo en la
profesión u oficio, otros desde distintos credos, desde la política o las
buenas obras.
Para los de Venezuela la mejor
manera de contribuir a la salud del Presidente es continuar haciendo avanzar la
Revolución y sus programas sociales; para los del orbe el hacer realidad un
mundo más justo y sostenible.
¡ Chávez y la Revolución Bolivariana
llegaron para quedarse!
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