(Tomado de CubaDebate)
En 1956, Nikolai Leonov no era todavía un Teniente General, ni mucho
menos un agente de inteligencia. Entonces, Ernesto Guevara todavía no
era el Che. Ambos jóvenes se conocieron en México,
cuando Nikolai estudiaba español en la Universidad Autónoma de México
(UNAM). Toda una vida después, el ahora ex diputado Leonov, de 84 años,
habla de sus recuerdos sobre el Che. Lo que podría llamar “la dimensión
histórica” de esa figura tal vez obligó a este militar a hablar del Che
sin hacer mucho hincapié en el jóven que conoció en la capital mexicana.
Leonov describe al Che como una figura sobrecogedora, “la
personificación de los tipos míticos y literarios que siempre han tocado
la fibra sensible de la gente.” En una entrevista concedida a la
agencia rusa RIA Novosti y publicada el 9 de octubre de 2012, el antiguo
agente de la KGB compara al Guerrillero Heroico con Cristo y el
Quijote.
Respecto a sus encuentros posteriores, Leonov dijo que el Che estaba impresionado por la reacción de la Unión Soviética ante la Revolución Cubana, en particular por la disposición del gobierno socialista de Moscú,
encabezado por Nikita Jruschov, a ofrecer ayuda. En defensa de las
leyendas negras construidas alrededor de la imagen de Guevara, afirma
que “nadie que lo conociera podría pensar en un momento en que Che
Guevara fuera cruel.”
También recordó la ocasión en que el Guerrillero Heroico viajó a
Moscú en una misión comercial para conseguir mercado para las 2 millones
de toneladas de azúcar que Estados Unidos no compraría después del cese de las relaciones con Cuba.
En el contexto de un mundo donde la imagen del Che aparece en las
manifestaciones de las “Revoluciones de Color”, ocurridas en el Oriente Medio,
en el espacio post-soviético o en Europa del Este, Leonov dice que
sería incorrecto comparar el internacionalismo de su amigo Guevara con
las revueltas promovida por Estados Unidos.
“Ninguno de los que están organizando las Revoluciones de Color
lloran al ver la angustia de otros pueblos, el Che Guevara sí lo hizo.
Por eso fue al Congo, a Bolivia y Cuba.”
Leonov cree que Estados Unidos actuó de prisa para deshacerse del
Che, al verlo como un “peligro colosal, más grande que una bomba nuclear
lanzada sobre territorio estadounidense. Su imagen todavía acosa a los
EE.UU.”
(Traducción de Javier Ortiz de RiaNovosti en inglés)
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