Por Yeter Palmero/ Televisión Camagüey
Este día todos los cubanos recordamos a un insigne héroe: Antonio Maceo.
Al arribar a un nuevo aniversario de su caída en combate pienso en cuanto ha pregnado en la identidad del pueblo la figura del Titán de Bronce.
Hombre sin miedos, de valentía absoluta, firmeza en las decisiones y ejemplar estratega militar; uno de los protagonistas de la Guerra Grande y de los inicios de la del 95. Fue inmortalizado por su intransigencia revolucionaria ante el Pacto del Zanjón en la Protesta de Baraguá como por sus numerosas victorias en combate.
La capacidad de resistencia, el antimperialismo manifiesto, el apego a la independencia y la autodeterminación, no las legó Maceo indiscutiblemente. Aquel 7de diciembre de 1896 caí un gran hombre, un gran mambí.
Hoy podemos recordar las clases de Historia en los distintos niveles de enseñanza, los concursos pioneriles, matutinos, espacios en los que escuchamos hablar del héroe y en el que con nuestra imaginación le vimos.
Puede hacerse un tratado sobre el tema, continuar escribiendo libros sin agotarlo todo; pero a 114 años del día en que Cuba perdió a uno de sus más grandes hijos nos queda honrarlo con ejemplaridad, nos queda continuar firmes en las batallas que libramos, nos queda a poyar la justicia y dar mano solidaria al necesitado, nos queda sin dudas ser mejores como revolucionarios.
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